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Historia

En junio de 1974, los miembros de la Comisión de Recursos del Movimiento católico “Encuentro Matrimonial” (EM), recibieron una solicitud sobre programas de formación para Parejas de Novios, debido a la preocupación por el incremento de divorcios y separaciones.

Con la autorización del Equipo Ejecutivo Nacional de EM de Estados Unidos,  se llevaron a cabo siete FDS piloto en el área metropolitana de Nueva York y uno en Albany, ocho en total. 

 

En enero de 1975, la Comunidad de Recursos de EM participó en la convención trimestral mundial de EM, donde presentaron los avances del formato para novios y como resultado recibieron muchas solicitudes para preparar parejas y sacerdotes equipo. De este modo, se organizó un fin de semana de capacitación Kansas City, Missouri, donde participaron 30 parejas y 15 sacerdotes de distintas partes de Estados Unidos. Las solicitudes de capacitación no cesaron, por lo que se programaron dos experiencias más.

 

Con más de 100 parejas equipo y alrededor de 50 sacerdotes capacitados, y ya con FDS realizados en casi todo Estados Unidos, finalizó la tarea encargada a la Comisión de Recursos del EM y se inició la difusión del programa de formación para novios en muchas diócesis.

 

Así nació el Encuentro Católico de Novios ECN, como un regalo del Encuentro Matrimonial a la Iglesia, a través de las Diócesis en todo Estados Unidos y el mundo, con el sueño de ser incorporado en los programas de pastoral familiar.

Comunidad Internacional

En octubre de 1990 nació la “Declaración de Louisville”, que dice lo siguiente: “Los representantes internacionales reunidos en Louisville, Kentucky, USA, los días 3-5 de octubre de 1990, acordaron en forma unánime constituir el Comité Internacional del Encuentro Católico para Novios. Nuestro sueño es que los Fines de Semana del Encuentro de Novios sean vividos en la misma forma, en todo el mundo. Quiera Dios que nuestros hijos y nietos puedan vivir el mismo Fin de Semana, en cualquier parte del mundo.

Posteriormente con la participación de matrimonios y equipos de 15 países, se llevó a cabo la Reunión Internacional donde se acordó la formación del Consejo Internacional (CI) y del Comité Ejecutivo Internacional (CEI) del ECN Internacional (ECNI). Además, se propusieron y acordaron las siguientes metas y objetivos principales:

  1. Promover la identidad Católica del Encuentro Católico de Novios. (ECN).

  2. Promover la unidad de la Comunidad Internacional del Encuentro Católico de Novios.

  3. Promover la fidelidad a la filosofía, mentalidad y estilo de vida que propone el Encuentro Católico de Novios.

  4. Promover canales de comunicación dentro del Encuentro Católico de Novios.

  5. Buscar la comunicación entre el Encuentro Católico de Novios con todos los ámbitos de la Iglesia Católica.

  6. Promover la expansión internacional del Encuentro Católico de Novios.

  7. Promover el apoyo mutuo entre las comunidades existentes del Encuentro Católico de Novios.

  8. Promover y estimular la colaboración con otros movimientos y ministerios relacionados con la Pastoral Familiar, para apoyar el ideal de la Iglesia centrada en la Familia. (Agregado en Wichita, octubre de 1996).

  9. Promover la formación de grupos de apoyo de Post encuentro y parejas recién casadas durante los primeros cuatro o cinco años de matrimonio. (Agregado en Singapur, 1997) y también para las parejas presentadoras y parejas de apoyo que participan en las comunidades de ECN.

El objetivo del Consejo Internacional NO es ser un organismo controlador del ECN.  Más bien, debe verse como un Consejo Familiar, que promueve el intercambio de experiencias, conocimientos profundos, lenguaje y cultura para enriquecer a toda la familia Internacional.  Por lo tanto, la comunidad internacional está INVITADA a reconocer como propios estos 9 objetivos, que son para bien de nuestra Iglesia Católica, del ECN y de los novios.

¿Qué estilo de vida promueve el ECN?

  • Participar activamente en su Parroquia.

  • Asistir regularmente a la Eucaristía dominical, en Familia.

  • Vivir y fomentar la relación intersacramental, preferentemente con el sacerdote de su parroquia.

  • Frecuentar los Sacramentos de la Reconciliación y la Comunión Eucarística.

  • Vivir una experiencia de profundización en la fe, al menos una vez por año.

  • Lectura y meditación frecuente de las Sagradas Escrituras.

  • Conocer y manejar los documentos básicos del Magisterio de la Iglesia relacionados con la familia y la preparación al Matrimonio (el listado sugerido se encuentra en el Anexo 7)

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